Por mandato familiar y porque no sabia que hacer todavia, comencé a estudiar abogacía y, en simultáneo (en mis horas libres), estudiaba astrología. Ese era mi cable a tierra, me hacía tan feliz. Luego, entre 2017 y 2019, estudié bioneuroemoción, transgeneracional y me capacité en “Un Curso de Milagros (UCDM)”. También, arranque coaching, pero no lo concluí. No lo pude finalizar porque seguí escribanía. Paralelamente, laboraba en un estudio jurídico. Además, trabajé casi un año en la tele. Si, yo! Me gustaba la práctica profesional. No obstante, sentía que no me completaba y, muchas veces, me veía desvalorizada y desconectada. Por ello, sabía que necesitaba seguir capacitándome en astrología y lo hice. Necesitaba descubrirme más yo. Buscaba iluminarme. En marzo de 2020 tuve mi primer reconocimiento espiritual. Empecé a canalizar en secreto, estaba muy asustada por las creencias que tenía y me bloqueé. Renuncié al estudio y comencé a trabajar en el estado provincial, haciendo algo que me gustaba mucho y que me dio muchas herramientas, pero….

Me seguía sintiendo desvalorizada, no confiaba en mi. Trabajaba todo el día por una contraprestación muy baja. No ponía límites, me frustraba, me victimizaba y vivía peleada conmigo misma y con los demás. En 2022 apliqué y quedé en una beca para estudiar una Maestría en Políticas Públicas, donde me implicaba viajar todos los meses a Buenos Aires. Ahí fue donde se me ocurrió abrir un canal de YouTube porque quería tener más ingresos generados por videos de Youtube y hacer algo que veía que nadie hacía, que, a la vez, me encantaba, porque me divertía muchísimo. Todas mis horas libres eran para grabar videos. Pero, me dió mucho miedo que me descubriera la gente. ¿Qué irían a pensar de mí? Creía que si me descubrían podría perder mi trabajo estable y la gente se reiria de mi. Sin embargo, nunca me rendí, ni dejé de invertir en cursos o en terapias para sanarme a mi misma. Todo era en simultáneo y siempre el fin era sanarme a mi, para ser mi mejor versión y ser feliz. Sí, solo quería ser feliz y tener paz.

Siempre supe que tenía un don, era evidente, pero mi creencia era que yo tenía que ser una ejecutiva profesional, porque para eso había estudiado tanto. Tenía vergüenza. Les hacía la carta natal a funcionarios de turno, daba consejos a todo el mundo. Siento que regalaba mi valiosa energía para que me quisieran y acepten. Buscaba la atención y aprobacion que nunca tuve. En 2023, hice un profundo trabajo interno con Psicologa + Terapia de Vidas Pasadas + Registros Akashicos + Sanacion del Utero. Al mismo momento, estaba cursando el último año de la maestría y se sumaba mi trabajo, lo que me requirió mucho tiempo. No obstante, siempre me daba el tiempo para hacer contenido para GiGi. Llegaba cansada de trabajar y me sentaba a canalizar. Allí, sólo allí, sentía felicidad. Pero, llegó fin de año y tuve una crisis terrible. Todo era un caos. Estaba muriendo por dentro. A lo mal que me sentía no le encontraba explicación.

Ese diciembre de 2023 perdí mi trabajo estable. No porque me echaran si no porque se terminaba mi contrato naturalmente. ¿Qué iba a hacer? Una parte mía suplicaba perder eso, ese entorno, ese personaje, porque ya no resonaba con quien estaba siendo. Pero, por otra parte, me resistía, muerta de miedo, porque no sabía de qué iba a vivir. Me preguntaba ¿todo el trabajo interno de estos años me llevó a ese abismo? Para colmo, tenía que terminar y entregar la tesis de la maestría. No me podía levantar de la cama de lo mal que me sentía. No obstante, me obligué y terminé. Entonces, un día me rendí. Me acuerdo que estaba acostada, llorando, no me podía dormir, no podía comer, cansada de sentirme tan mal y le dije a mi alma, sí, le hable a mi alma, que me muestre el camino, que lo iba a seguir. Ahí me di cuenta que estaba justo en el mismo reto donde me rendí en una vida pasada. El desafío de esta encarnación era reinventarme. Supe eso con un nivel de entendimiento y claridad increíble. Hoy al recordarlo me estremece.

Como yo no sabia que hacer y mi alma estaba comandando mi vida, pensé “bueno, voy a hacer todo lo que sienta, me voy a olvidar del deber ser”. Comencé a seguir mis intuiciones, tomé distancia de lo que ya no resonaba conmigo.Tenía que ser otra persona, tenía que salir mi verdad y mi ser auténtico. Significaba que, entre otras cosas, me importaría un pepino lo que opinaran los demás. Comencé un proceso de limpia energética y cambio rotundo de creencias. Tuve que aprender a habitarme, lo que implicó invertir muchisimo en mi. La nueva vida me costó toda la vieja estructura. Despedí con amor y enterré a la vieja yo. Y un día sucedió. Al habitarme, me di cuenta de todos los dones y talentos que tengo. Si a eso le sumo todo lo aprendido y estudiado, tengo muchísimo conocimiento teórico y práctico. Mas todo lo que seguire aprendiendo en el camino.

Comprendí que la comunicación con el más allá existe para mí, desde que tengo uso de razón y que solo tenía que reconocerla y aceptarla. Esto no me hace ni mejor ni peor, pero busco acompañar a la gente. Desenredo lo enredado y le doy luz con la ayuda del más allá. Hoy ya no tengo miedo de mostrarme en redes, no dudo de mis capacidades, sigo capacitándome, me asocie y tengo un estudio jurídico donde estamos creciendo y me gusta mucho lo que hago, porque dependo 100% de mi. Pero, sobre todo, me tengo a mi y a GiGi Cuántica. Con lo cual intento acompañar, impulsar e inspirar a otros. Amo lo que soy. Amo lo que hago. Amo en quién me convertí. Y estoy amando mis versiones futuras porque trabajo en ellas en este presente con consciencia.

Sé que podés estar pasando por cosas parecidas. Sé que puedo comprenderte y acompañarte. Sé que puedo ayudarte en tu proceso. Porque te entiendo. Porque tengo un don. Porque estoy para vos. y Porque te puedo brindar la informacion y energia que necesitas en el aqui y ahora para ayudarte a avanzar en tu proceso de autorrealizacion. Información específica que necesitas para dar el siguiente paso en tu propio viaje.

Paulina